El Boletín del Congreso recoge una proposición no de ley del PSOE que aboga por “la eliminación gradual del pago en efectivo, con el horizonte de su desaparición definitiva”. Fuentes socialistas comentan que no buscan “cambios legales a corto plazo” y que están abiertos a negociarlo. Desde Hacienda admiten que planean rebajar de 2.500 a 1.000 euros los pagos en metálico, como plantearon, sin éxito, en 2019. Aproser, patronal del transporte del efectivo, critica la decisión, recuerda que el metálico es el único medio de pago público y cree que solo se favorecería a las firmas de medios electrónicos.
El efectivo se ha convertido en un medio de pago perseguido por los diferentes poderes y más desde la llegada de la covid-19. La Xunta de Galicia, la primera comunidad que ha entrado en la nueva normalidad, recomienda “pagar con tarjetas para evitar el efectivo”. Pese a que los bancos centrales de todo el mundo han tratado de demostrar que los billetes no retienen más el virus que el plástico de una tarjeta, el dinero en metálico se está convirtiendo en un elemento a batir por su mala fama de ser instrumento del fraude fiscal.
La proposición no de ley del PSOE, que aboga por “la eliminación gradual del pago en efectivo, con el horizonte de su desaparición definitiva” pone en órbita este asunto. Está enmarcada entre medidas tributarias por su relación con la evasión fiscal a través del dinero negro. A pesar de que toda proposición no de ley es, por definición, una sugerencia del Parlamento al Gobierno, en este caso del PSOE, fuentes socialistas apuntan que no busca reformas legales a corto plazo. Por eso, dicen, en el texto no hay límites a los pagos en metálico ni se ofrece más detalles.
Estas fuentes consideran que se tomó la decisión con la pandemia, cuando se comprobó cómo crecía el uso de las tarjetas y avanzaba la digitalización de los servicios bancarios, dentro de un plan para elevar la recaudación fiscal.
Reducción del efectivo a 1.000 euros
Desde el PSOE indican que están abiertos al debate con los demás grupos en la Comisión de Hacienda, que todavía no tiene fecha para tratar esta propuesta. También recuerdan que los socialistas ya trataron de reducir de 2.500 a 1.000 euros el límite máximo para los pagos en efectivo entre profesionales a principios de 2019, pero el anteproyecto de lucha contra el fraude no salió adelante. Sin embargo, fuentes gubernamentales apuntan que es probable que el nuevo Gobierno de coalición vuelva a proponer la rebaja del efectivo a los 1.000 euros.
Desde Hacienda se justificó esta medida en 2019 porque estaba en línea con los avances tecnológicos en los medios de pago, porque sigue las tendencias internacionales en materia de lucha contra el fraude fiscal y porque ya se aplica en países vecinos como Francia o Portugal. Además, destacan, el límite aún vigente, de 2.500 euros, nunca ha despertado quejas de los colectivos afectados.
El debate de la eliminación del efectivo es habitual en diferentes países, algunos de ellos europeos. Aproser, la Asociación de Compañías de Servicios de Seguridad, que abarca a casi todas las firmas de transporte de efectivo, recuerda que en Suecia se intentó eliminar el efectivo con resultados negativos. “Ahora están imponiendo a las entidades financieras la aceptación del efectivo ante las graves consecuencias sociales del proceso de gradual eliminación de su disponibilidad”, apuntan.
Aproser critica que la medida se ubique dentro de un marco para la mejora del sistema tributario. “No existe una vinculación directa entre los porcentajes de utilización del efectivo y los niveles de economía sumergida: Alemania es el país con mayores niveles de uso del efectivo y, al mismo tiempo, una economía modélica en cuanto a sus niveles de fraude”, añaden.
Contra los más vulnerables
Desde esta patronal, que argumenta con informes y estudios de mercado, “la eliminación del efectivo incide en los sectores de la población más vulnerables, como la población no banca rizada, para los que el dinero en efectivo garantiza su participación e inclusión en la sociedad: personas de mayor y menor edad, con necesidades especiales, habitantes del medio rural, migrantes y, sobre todo, aquellos con rentas más bajas y en riesgo de exclusión”.
Fuentes bancarias consideran que la sociedad avanza hacia la digitalización, “y más después de la pandemia, y cada vez más clientes, de todas las edades, piden utilizar los medios digitales de pago por comodidad”.
Desde Loomis, compañía que controla alrededor del 45% del transporte de efectivo, apuntan que el metálico “hoy es un recurso para pequeñas transacciones cotidianas de particulares con importes bajos como confirman las estadísticas oficiales”. Los datos apuntan que el 75% de las operaciones se hacen en efectivo pero mueven menos del 50% del volumen de dinero.
Respecto al fraude con metálico, Loomis apunta que “la lucha contra el blanqueo de capitales tienen el foco puesto en criptomonedas, paraísos fiscales, sociedades pantalla y transacciones bancarias irregulares, no en los billetes y monedas”. Y afirman que el coste unitario de las tarjetas de débito es 2,8 veces superior al coste del metálico.
Fuente : El País